Ciencia En Redes Sociales: seguimos destacando a creadores de contenidos dedicados a las ciencias

La relación entre la sociedad, la ciencia y la comunidad científica es un espacio en investigadores, comunicadores, artistas y expertos de diversas áreas han experimentado diversos formatos y lenguajes para socializar el conocimiento y promover la valoración de saberes de las ciencias sociales, naturales y exactas. Este camino ha permitido poner la evidencia científica a disposición de la ciudadanía, pero muchas veces, la complejidad de esta información dificulta su apropiación social. 

Las nuevas plataformas digitales han generado una oportunidad para difundir este conocimiento en un lenguaje simple y atractivo para usuarias y usuarios. Y es que las redes sociales han sido cuna para diversos generadores y generadoras de contenido que se dedican a compartir conocimiento, formando una amplia y fuerte comunidad de personas que se fascinan por los logros científicos.

Por este motivo, cada semana de abril destacamos la historia personal y trayectoria científica de tres divulgadores y divulgadoras que han triunfado en redes sociales. Descubre su motivación por divulgar contenido relacionado a las ciencias en esta serie de artículos que publicaremos cada semana en nuestra web.

@TerePaneque

Teresa Paneque Carreño (24 años), se encuentra hace más de un año en Múnich, Alemania, cursando su doctorado en Condiciones Químicas y Ambientes en la Formación Planetaria. Lejos de Chile, país donde vivió desde los 9 años, pero cerca de España, donde nació y forjó esa personalidad de siempre hacerse preguntas.

Desde muy pequeña estaba fascinada por las matemáticas, a la que define “como un lenguaje para poder explicar nuestro entorno a través de la física”. Por este motivo, escogió estudiar astronomía, por el llamativo campo laboral que representa para nuestro país.

Hasta entonces solo se dedicaba a realizar ciencia y a participar en programas de formación para niños y niñas enseñando sobre física y astronomía. Pero el eclipse solar de 2019 no sólo fue una fecha especial para el norte de Chile, también fue un día que cambió la vida de Teresa.

Decidió no ir a vivir el evento y quedarse en Santiago, una decisión que pocos astrónomos y astrónomas tomaron, por ello, al momento en que los medios de comunicación consultaron por algún especialista para sumar a sus transmisiones, el nombre de Teresa Paneque apareció en distintos canales y diales. Pasó de 0 seguidores en Twitter a 600 en menos de 5 minutos. Desde ese día, muchos la conocen como Tere Paneque y más de 100 mil usuarios y usuarios aprenden de actualidad científica y astronómica gracias a sus videos.

¿Desde cuándo te empezaron a interesar las ciencias?

De pequeña siempre fui una persona muy curiosa, siempre digo que yo disfrutaba mucho de aprender. Y formarme en una familia donde siempre me promovieron el hacerse preguntas, el averiguar y aprender me ayudó a seguir este camino. En un inicio más de ciencias sociales, me apasionaba mucho la historia y humanidades, y después encontrándome con las matemáticas como un lenguaje para poder explicar nuestro entorno a través de la física, y verlo como algo muy divertido, y creo que esa siempre fue mi visión de la ciencia, para mí no hay algo más divertido o un trabajo más soñado que no sea el hacerme preguntas y el encontrar esas respuestas, es como estar resolviendo constantemente un puzle que no termina, que puede ser angustiante, pero muy gratificante. Y para escoger una profesión fue sencillo, llevaba tiempo firme con la astronomía. La elegí porque es el área de la física que me parecía más divertida, además de que Chile es un país donde se puede estudiar astronomía directamente. Mi segunda opción era teatro o pedagogía, eso demuestra mucho la diversidad de áreas de conocimiento que me gustaban y, de hecho, yo digo que fue sencillo escoger astronomía, pero mi pasión siempre fue la pedagogía, desde los 3 años que quería ser profesora, yo les hacía clases a mis muñecos. Pero al ver a mi papá, que es científico, aprendí que yo podía ser científica y aprender a ser profesora. Mi instancia formativa más importante durante el colegio fue participar en un programa de la Universidad Católica llamado el PENTA UC, que es un programa para niños con talento académico. Yo estuve en ese programa desde sexto básico hasta cuarto medio, iba todos los viernes y sábados al Campus San Joaquín a recibir cursos de profesores y profesoras de nivel universitario. Tomé cursos de robótica, de física, de matemáticas, de programación y también algunos de astronomía. Y a este programa yo volví como ayudante y luego como profesora haciendo mis propios cursos, y para mí era importante volver a este programa y hacer cursos que inspirarán a pequeños y pequeñas.

¿Cuándo decidiste divulgar conocimiento en redes sociales?

Esto va muy de la mano con el PENTA UC, yo inicié esto de la divulgación el 2019, pero yo había egresado de la carrera el año anterior, ya llevaba un año y medio haciendo cursos en este programa, entonces había desarrollado un lenguaje y una manera de poder transmitir conocimiento de astronomía a niños y niñas. Me había acostumbrado a transmitir conocimiento, como que tenía una forma de expresarme ya desarrollada. Y en 2019 lo que ocurre es que fue el eclipse solar en el norte de Chile, y yo, como astrónoma muy aburrida, decidí no ir al norte y quedarme en Santiago. Y casi todos los expertos fueron al norte, entonces cuando los medios de comunicación llamaron a la universidad para pedir a algún astrónomo y astrónoma para explicar algo, me ofrecieron a mí. Ese día del eclipse salí de mi casa a las 5 am y volví a la 1 am del otro día, estuve todo el día en entrevistas, en radio, en televisión, en persona, todo el día hablando del eclipse. Y a mi papá se le había ocurrido hace unos meses que me hiciera un Twitter, entonces el día de eclipse, en el programa de radio me preguntan «Tere, ¿y la gente dónde te pueden seguir?», y yo mencioné el Twitter. En 5 minutos pasé de 0 a 600 seguidores. Una cosa brutal, luego me cree el Instagram. Pero vino el Estallido Social y no era la mejor situación para divulgar ciencia en un contexto muy polémico y tan complejo. A final de 2019 y comienzos de 2020, se dieron oportunidades de salir hablando en canales de televisión, en matinales, sobre todo, y yo con mis redes ya armadas la gente me empezó a seguir. Yo ingresé a la pandemia con 17 mil seguidores en Instagram, que para mí era una brutalidad, y durante el año antepasado le puse mucho cariño y contenido a esa plataforma, a grabar videos, pero sin edición, y empecé a seguir creciendo y llegué a 23 mil seguidores. Y a inicio del 2021, en Alemania, de nuevo en cuarentena, digo «¿Y si me hago un Tik Tok?», porque todos decían que Instagram se iba a morir. Pero ahora no tenía a los medios de comunicación en Alemania, pero me dio un poco igual ya que tenía 4 años para ir poblando de contenido y en algún momento volvería a Chile y podré volver a ser más activa. Y al mes ya tenía 120 mil seguidores en Tik Tok, empezaron a llegar las entrevistas, la gente me difundía mis redes, salió mi libro, además, que estaba realizando hace tiempo, el cual fue un éxito, saqué mi primera publicación científica que tuvo una nota de prensa. Creo que las redes sociales crecieron tanto y un poco sin buscarlo se convirtió en una comunidad muy bonita, con mucha gente que me sigue, gente que está interesada de hablar de ciencia, gente que está interesada de aprender ciencia y eso se vuelve una herramienta super fuerte, con contenido muy diversificado. Algo que destaco mucho es que @TerePaneque es una plataforma de comunicación científica, pero también es el nombre de una persona, soy yo. Entonces yo también hablo de otras cosas que me parecen importantes, más allá de él descubrimiento científico que puede haber, hablo de mujeres en ciencia, hablo de feminismo, hablo de cambio climático.

¿Cuál fue el primer obstáculo para crear contenido que le gustara a la gente?

Para mí fue el susto de equivocarme. Yo quiero insistir en que cuando partí nunca esperé que le fuera bien. Mi actividad principal no es la divulgación científica, sino que hacer ciencia, y gracias a ello tengo mucha flexibilidad que no tienen otros divulgadores. Yo nunca he peleado contra el algoritmo, y cuando me estreso es porque me ha herido el orgullo que a un post no le vaya bien, porque uno se acostumbra a cierta respuesta. Pero nunca fue mi foco, en mi caso la dificultad más grande que tuve fue perder el miedo a equivocarme, perder el miedo a mis colegas científicos pudiesen verme o que me juzgaran por mi seriedad profesional, que iba a pasar si hablaba de un tema en el que no me manejo y me equivocaba, ese fue mi susto más grande. También hacer el ridículo, que la gente se riera de mí, sobre todo la gente que conozco, porque a mí todavía me cuesta eso, me da un poquito de vergüenza. También muchos ven que uno tiene hartos seguidores y que eso es muy bueno, pero a mí me da ansiedad eso, lo que también es un problema hasta hoy.

¿Qué es lo que atrae tanto de tu contenido? ¿Cómo es posible llamar la atención de los usuarios y usuarias con temas de ciencia?

Yo creo que a la gente le gusta justamente eso de ver las dos caras, la ciencia y la persona. Yo siempre digo que la ciencia no es apolítica, cuando yo hablo de que a mí me da ansiedad es porque siento una responsabilidad muy grande. A mí me siguen más de 500 mil personas en todas las plataformas, me siguen muchos jóvenes, estamos en medio de crisis sociales, políticas y climáticas en el mundo. La razón por la cual yo hablo de astronomía es porque tengo una visión política que me lleva a creer que el conocimiento tiene que ser de libre acceso. No juzgo que otros tengan otra visión sobre qué se divulga al comunicar ciencia, porque es super válido quedarse solo divulgando ciencia y no otros temas. Yo tengo esta visión de democratizar el conocimiento, de poner al servicio de la sociedad los conocimientos que generamos desde la academia, para mí también es importante hablar de otras cosas, hablar sobre feminismo, sobre la posición y rol de las mujeres en nuestra sociedad, siendo yo una mujer científica en un área de ciencias exactas donde tenemos un bajo porcentaje de mujeres, por ejemplo. He perdido seguidores por hablar de otros temas, pero he ganado otros, he incluso hay personas que igual se quedan, porque entienden que el hacer político y conversar de otras cosas no debiese ser un tabú. Mi cuenta no se llama «astronomía», mi cuenta se llama Tere Paneque, y por ende las personas me siguen a mí como persona, el hecho de que soy astrónoma y género contenido de ello es un agregado, pero esta cuenta tiene mi nombre y al tener mi nombre, yo como ciudadana, voy a expresar lo que a mí me parezca relevante para compartir con el resto. 

¿Crees que las redes sociales son un canal viable para comunicar ciencias? ¿Sientes que la comunidad científica debería sumarse a estas plataformas prontamente?

Yo creo que necesitamos que todos los centros de investigación tengan una salida de comunicación científica, que los conocimientos que se generan tienen que ponerse al servicio de la sociedad. Ya que por medio del proceso de comunicación científica podemos generar un canal de comunicación donde también quienes hagan ciencia se vayan nutriendo de esa retroalimentación de la sociedad. Pero eso no quiere decir que las investigaciones científicas no tengan un valor para la sociedad sea como sea de cómo se comunique. Yo estudio formación de planetas, mi investigación no va a tener un impacto directo en la vida de nadie, y la persona que diga lo contrario te está mintiendo, pero gracias a mi investigación si se desarrollan tecnologías que sí pueden tener impacto. No siento que la ciencia en general deba cambiar su dirección, pero sí creo que la sociedad se nutra más del conocimiento, conocimientos que después pueden poner en acción en otras aristas. Es fundamental que la sociedad sea una sociedad informada sobre los quehaceres científicos, para ser una sociedad activa que también va a empujar para que se promuevan ciertas aristas de las ciencias que puede tener más que ver con las necesidades locales. Pero si no existe un canal de comunicación que llegue a la gente, no habrá una retroalimentación de la gente. Sin embargo, debe ser un trabajo en conjunto, no podemos pedirle a un científico que lidere un equipo de investigación, que maneje el financiamiento y que además comunique el conocimiento, no son super humanos, necesitamos de más profesionales que se dediquen a la divulgación específicamente, que sepa cómo llegar a la gente. Cuando pienso en una salida comunicacional hablo de medios que puedan llegar a la sociedad. Los papers y publicaciones científicas siempre han sido intencionados hacía la comunidad científica y utilizan un lenguaje científico, porque su objetivo no es de la divulgación con la sociedad, su público es un público especializado. También hay que comprender que esta divulgación a la sociedad no se trata de hacer un curso universitario a las personas, se trata de comunicar, y por eso se necesita gente dedicada a la divulgación, se trata de comunicar eficientemente lo que hace la ciencia y su relevancia. 

Finalmente, ¿Qué mensajes te gustaría entregar para que niños y niñas se interesen en las diversas disciplinas de las ciencias, el conocimiento, tecnología e innovación? 

La ciencia es divertida, esa es mi razón para amar la ciencia. A mí me entretiene hacerme preguntas y encontrar las respuestas. Yo siendo científica, al final, soy una persona que nunca dejó de cuestionarse lo que pasaba en el entorno. Entrar al mundo de la divulgación científica, entrar al mundo de ver videos, de buscar información, es entrar a un mundo donde tus preguntas quizás no tengan respuesta, pero todo ese proceso de buscar la respuesta te va a llevar a aprender muchas cosas. No es necesario ser científico o científica para hacer esas preguntas. La ciencia es un entorno abierto, es algo para todos y todas. Y hacerse preguntas no está restringido a un cierto grupo de personas. Entonces, si eres alguien curioso, que le gusta hacerse preguntas, empieza a buscar tus respuestas y eres libre de hacer lo que quieras con ese conocimiento. Eso es lo bonito del conocimiento, uno no lo genera con una finalidad práctica necesariamente, uno lo hace para poder comprender mejor tu entorno. Y tenemos un planeta maravilloso, en un universo espectacular, así que, desde mi punto de vista, es una lástima no hacerse esas preguntas. Hacerse preguntas es la llave para ampliar más tus horizontes.

Puedes conocer más del trabajo de Teresa Paneque Carreño en sus redes sociales:

Síguela en Tik Tok (@terepaneque), en Instagram (@terepaneque), en Twitter (@terepaneque) y en Youtube (Tere Paneque). También te invitamos a conocer sus dos publicaciones: “El universo según Carlota”.

@ImChef7

Desde los 9 años que Heinz Wuth Estefane, de Santiago, Chile, comenzó a aprender a cocinar. Viendo a su madre y abuela en la cocina, Heinz decidió seguir sus recetas y de a poco sumergirse en el nutritivo mundo de la gastronomía. A esa misma edad, ya leía libros y revistas de ciencia. Enciclopedias que lo llenaban de conocimiento avanzando en física, química, biología y otras ciencias.

Sin embargo, no fue hasta su etapa universitaria en que comenzó a unir estas dos áreas del conocimiento, en un esfuerzo de comprender la disciplina culinaria más allá de la cocina. Descubrió los procesos físicos y químicos que vivían los ingredientes en medio de una receta y aquel saber decidió difundirlo con sus pares en un blog de Internet en 2009.

Desde entonces se ha cambiado de plataformas, ha evolucionado su contenido y aprendido a nunca quedarse estancado en sus formas de comunicar su conocimiento. Y gracias a aquello ha conseguido una comunidad envidiable en redes sociales. “El crear una comunidad sana fue un gran desafío, pero que se ha logrado, porque ahora la gente que me sigue automáticamente entiende el respeto al conocimiento y de que lo que digo yo no es absoluto”, explica Heinz.

Hoy ImChef7, como lo conocen desde hace más de 10 años los usuarios y usuarias de Internet, sigue perfeccionando su contenido, buscando acercar la ciencia por medio de recetas que dejan a miles con ganas de replicar en sus casas.

¿Desde cuándo te empezaron a interesar las ciencias?

Desde los nueve años, cuando veía cocinar a mi madre, a mi abuela, yo ya tenía claro que quería dedicarme a eso. También a esa edad me enteré de que se podía profesionalizar, ser Chef, cocinero, viendo un poco los programas del cable, donde aparecían los Chef vestidos de blanco, con sus gorros, y yo quería ser como ellos. En el colegio había un taller extraordinario de cocina, en el que participé y me gustó bastante. Pero más que nada investigaba y cocinaba mucho por mi cuenta, en mi casa, de forma autónoma, qué fue lo que más me atrajo a este mundo.  De ahí partió todo mi gusto por la gastronomía, y si bien tenía otras carreras en mente, me guíe más por mi pasión y a los 18 años entré a estudiar esta carrera. También a esa edad, a los 9 años, aproveché que en mi casa había muchos libros de ciencia, de biología, de física y química. Me los leía todos, por gusto, por placer. Pero ahí no hacía la unión de la ciencia y la cocina. Leí libros de cocina y luego de química, pero no hacía la unión. Después cuando entré a la universidad, hacía muchas preguntas a mis profesores sobre, por ejemplo, ¿Por qué la masa del pan queda elástica? ¿Por qué crece? ¿Por qué cambia de color? Y a veces no podían responderlas, pero no me decepcionaba, volvía a los libros, y ahí me di cuenta de que esos libros que ya había leído tenían muchas respuestas a mis inquietudes, en un aspecto general, pero todo ese conocimiento lo empecé a relacionar. Ahí se me abrió otro mundo y tuve una motivación extra para terminar la carrera de gastronomía.

¿Cuándo decidiste divulgar conocimiento en redes sociales?

Comencé de inmediato a crear contenido sobre la ciencia en la gastronomía. El motivo vino cuando empezó el boom del Internet, y se pusieron de moda los blogs, leía bastantes blogs y todo lo que encontraba era más de cocina, de recetas, datos curiosos, pero nada que personalmente me satisficiera. Entonces llegó un momento en el que tenía tanto conocimiento en la cabeza, que empecé a explicarle a amigos y colegas, a los alumnos en práctica les enseñaba también, y dije «tengo que compartir esto que yo sé», y la mejor manera que vi era con un blog. Lo empecé en el 2009, con el mismo nombre que ocupo ahora: ImChef. Y le puse el lema «pienso y luego cocino», como invitando un poco a entender lo que pasaba al momento de cocinar. Empecé a escribir cosas curiosas, como por ejemplo ¿Por qué el huevo queda duro y la papa blanda al hervirse?, como para hablar de los tipos de cocciones. Y seguí con ese tipo de datos curiosos, en mi blog nunca hubo recetas, solo información para culturizar más al profesional. Y fue creciendo, varios leían mi blog, desde la universidad me pedían acceso al blog para sacar material, porque todo lo que yo informaba tenía fuentes y respaldos. Hacía el método científico sin darme cuenta, y después cuando empecé a aprender más, a hacer más publicaciones y artículos, me doy cuenta de que uno lo puede hacer bien, pero siempre se puede seguir aprendiendo, para hacerlo mejor y adaptarme a los nuevos tiempos. Ya me empecé a lanzar a las redes sociales con Facebook, luego Instagram con cosas más visuales, y ahora en Tik Tok con videos, pero todas las plataformas las uso con fines educativos.

¿Cuál fue el primer obstáculo para crear contenido que le gustara a la gente?

El tiempo. Siempre recibo ayuda de gente especializada, ilustradores, diseñadores, pero el problema de todos hoy es el tiempo. Yo me dedico a las redes sociales como hobby, como una pasión por la divulgación y pasión. No me dedico al 100 por ciento porque tengo otros trabajos, hago muchas asesorías, muchos proyectos para otro tipo de empresas, obviamente uno cede parte de su tiempo para eso. Ese fue el primer desafío, tuve que ordenarme, entender que todos tenemos prioridades, porque a mí me encantaría, obviamente, hacer contenido todos los días, pero no quiero que la gente me vea como solo un creador de contenido, porque para mí el impacto fuerte es estar directamente en el rubro, que es donde yo estoy ahora. Después otro desafío, y que muchos me han dicho como cumplido, fue crear una comunidad seria y muy amable. Lo que he aprendido con el tiempo es que uno debe tener un mensaje claro, yo en mis redes solo hablo de ciencia y cocina, de gastronomía. No hablo de temas personales, no hablo de opinión pública, ni de lo que está pasando en el mundo, porque eso es tomar otra área y el mensaje puede destruirse. La comunidad que he creado es de respeto, donde la gente aporta, da buenos comentarios, donde nadie se pelea, donde hay poco hater comparado con otra cuenta. El crear una comunidad sana fue un gran desafío, pero que se ha logrado, porque ahora la gente que me sigue automáticamente entiende el respeto al conocimiento y de que lo que digo yo no es absoluto. Y eso es bien interesante de la ciencia, que siempre hay espacio para la mejora, que las cosas en el tiempo puedan cambiar, y yo siempre entrego el conocimiento invitando a que la gente aprenda más y que ahí puedan decidir si está bien o no aplicarlo.

¿Qué es lo que atrae tanto de tu contenido? ¿Cómo es posible llamar la atención de los usuarios y usuarias con temas de ciencia?

El contenido que más me diferencia son las recetas con explicación científica. Siempre digo que todo el mundo tiene un talento innato. Humildemente el mío fue tomar todo el conocimiento complejo y explicarlo de forma simple para que la gente lo entienda. Fui profesor muchos años en gastronomía y siempre me esforzaba en entregar la mayor cantidad de conocimiento, y entendiendo que todos aprendemos de forma diferente, siempre buscaba la manera más sencilla para que se entendiera el mensaje. Y ahora con esos videos hago lo mismo, busco que tanto profesionales, aficionados o gente que quizás le interese poco la cocina pueda entender los procesos. Y para lograr eso he tenido que aprender nuevas formas de comunicar. Durante la época del blog aprendí a editar vídeos para YouTube de otro estilo. Pero a medida que avanza el tiempo, entendí más como la gente espera consumir el contenido. Estamos en la era en que a la gente le gusta un contenido rápido, directo, conciso y que en un minuto se pueda aprender todo. Entonces uno tiene que ir adaptándose a ese tipo de cosas, y yo eso lo tomo como un desafío. Ese modelo de videos, donde en una receta explico sobre ciencia, fue simplemente gracias a la experiencia, ensayo y error. Antes hacía cosas más extensas y uno se da cuenta que la gente quiere un contenido más amable, porque quieren consumir mucho contenido en poco tiempo, y que la mayoría es ocio y diversión. Entonces me dije «hagámoslo entretenido y atractivo», se me vino la idea viendo otros programas como «El Mundo de Beakman», un programa que me encantaba. Y él explicaba todo, con videos, con gráficas y cualquier persona podía entenderlo. Entonces yo me basé mucho en ese modelo para lograr estas cápsulas de un minuto que a la gente le gusta harto. Vamos por buen camino, seguiré en esta manera, hasta que después quién sabe, en 10 años más cómo a la gente le gustará consumir el contenido. Y uno tiene que ser consciente de eso si quieres mantenerte vigente.

¿Crees que las redes sociales son un canal viable para comunicar ciencias? ¿Sientes que la comunidad científica debería sumarse a estas plataformas prontamente?

Sí y por suerte yo no estoy solo en esto, puede que sea el único en el punto de vista científico-culinario, pero hay mucha gente en diversas áreas, divulgadores y divulgadoras científicas en redes sociales que explican la ciencia de todos los días, y la gente está entendiendo ese mensaje. Como se sabe la comunidad científica siempre ha sido de puertas cerradas, ellos tienen su opinión que la basan en evidencias y experimentos, lo que está pasando hoy es que las emociones que están por fuera, eso está opacando un poco. La gente prefiere estar discutiendo y usan sus emociones más que la evidencia. Toda la gente relacionada a las ciencias que yo conozco, y que veo que hay unas ganas de enseñar, yo les digo «bueno, estás son las formas hoy». Entonces o abres tu cuenta de Twitter o abres tu cuenta de Instagram y ver de qué manera es entretenido aprender. Sabemos que la ciencia y la investigación son temas complejos que toman tiempo, pero la gente espera saber todo eso en una manera en que se comprenda. Yo siempre pongo el ejemplo cuando hago charlas a científicos, estudiantes de química dura, yo les digo «A todos nos enseñan sobre el carbono y el hidrógeno y su unión es la síntesis, pero si tomamos todo componente y vemos que están en el chocolate, y al fundirlo logramos más estados de la materia». Curiosamente a los estudiantes de esas ciencias duras lo comprenden mucho mejor y lo aprenden con mucho más ánimo con ese tipo de ejemplos. ¿Por qué a quién no le gusta la comida? ¿A quién no le gusta cocinar? A todos les gusta la comida, puede que a alguno no le guste cocinar, pero cuando hay algo sabroso detrás de esto y lo podemos explicar gracias a ese conocimiento, en todas las carreras, y esto es un estudio que se hizo en Harvard, la gente lo aprende de mucho mejor ánimo. Y por eso tengo esa motivación de siempre tomar contenido complicado y expliquémoslo a la gente cómo lo hacemos, y creo que las redes sociales es una manera. A mí me encanta leer papers e investigación científica, me encanta, pero no están asequibles para las personas, y la gente cuando ve toda esa cantidad de texto se va a asustar. Pero bueno, tomemos ese paper, y convirtámoslo en un video de un minuto y así la gente lo entenderá mucho mejor, obviamente jamás vamos a abandonar nuestro método científico, porque es la disciplina.

Finalmente, ¿Qué mensajes te gustaría entregar para que niños y niñas se interesen en las diversas disciplinas de las ciencias, el conocimiento, tecnología e innovación? 

Mi mensaje es que siempre seamos curiosos y curiosas. Entender que cuando uno es niño o niña nos gusta que nos hablen de la magia, por eso yo siempre cuando hablo con niños yo les digo «Está la magia que es entretenida entenderlo, pero también podemos explicarla» y dentro de todo, la ciencia puede tener una respuesta muy interesante. Cuando ellos entienden que mezclando dos sustancias logramos una espuma o un sabor muy delicioso, con ese tipo de demostraciones y experimentaciones es cuando motivamos a los más jóvenes. Ellos son el futuro y es muy importante que les enseñemos ese tipo de mensajes, explicarles, enseñarles y motivarlos siempre a la constante experimentación, porque esa es la mejor manera de aprender. Mi mensaje es que seamos curiosos, pero que también motivemos a la experimentación que es lo mejor que podemos hacer porque así uno aprende y se motiva mucho más. Yo también con todos los errores, gracias a todas las experimentaciones que hacía cuando niño es que estoy muy motivado y es lo que me formó al profesional que soy hoy. Todos los días me cuestiono, todos los días soy muy curioso y todos los días lo veo como un desafío nuevo para aprender. 

Puedes conocer más del trabajo de Heinz Wuth Estefane en sus redes sociales: Síguelo en Tik Tok (@imchef7), en Instagram (@imchef7), y en Youtube (ImChef7). 

@EsCortaLaBrocha

A pesar de que de niña era bien curiosa, Daniela Ávido no tenía el sueño de ser científica. De hecho, en un principio se interesó más por la locución e incluso cursó en una escuela orientada al diseño y la comunicación. Sin embargo, al final de su etapa escolar descubrió la Arqueología, y desde entonces quedó fascinada por la posibilidad de “trascender barreras temporales y lingüísticas para conocer otras culturas”, como explica.

Sin embargo, sus años tanteando el área de la locución no fue en vano. Hoy es conocida como “Es Corta La Brocha” y su ‘voz’ es la puerta de entrada para miles de usuarios y usuarias en Internet que buscan aprender sobre arqueología sin entrar en los aspectos técnicos de la disciplina.

Por medio de entrevistas, charlas, testimonios, infografías y más, Daniela comparte sus experiencias y la de sus colegas de profesión, así hacer más conocido el trabajo de arqueología que se realiza en nuestro continente. Con el humor y las parodias como su herramienta más atractiva ha logrado generar una comunidad fiel a sus publicaciones.

Desde la Buenos Aires, Argentina, Daniela busca sumar su grano de arena para que los conocimientos sean “un derecho de todes”, destacando que hoy las redes sociales son un canal de información fundamental no solo para jóvenes, y que “la ciencia no puede perderse esta oportunidad” de reencontrarse con la sociedad.

¿Desde cuándo te empezaron a interesar las ciencias?

Siempre fui curiosa y mi entorno familiar alimentó esa curiosidad, aunque no diría exactamente que de niña fue mi sueño ser científica. En la adolescencia había decidido ser locutora y cursé los estudios secundarios en una escuela orientada al diseño y la comunicación, que claramente dejó huellas en mí. Sin embargo, cuando se acercaba el momento de inscribirme a la universidad, descubrí la Arqueología. Me pareció fascinante esa capacidad de trascender barreras temporales y lingüísticas para conocer otras culturas. En la universidad tuve oportunidad de participar en proyectos de investigación y hacer las primeras prácticas de campo, donde además de excavar había que entablar diálogo con los pobladores locales. En principio eso no me llamó tanto la atención. En paralelo, durante muchos años participé en proyectos de extensión, haciendo difusión con algunes compañeres de arqueología en escuelas. Me resultaba bastante evidente, aunque no fuera igual para otres, que comunicar el conocimiento por fuera de la academia era importante para que “la gente” pudiera comprender de qué se trataba la arqueología y por qué era importante.

¿Cuándo decidiste divulgar conocimiento en redes sociales?

Como decía en la pregunta anterior, las redes sociales y sus antecedentes como los blogs fueron acompañándome. Por algunos años no pude sostener la cursada en la universidad, al tomar un trabajo de tiempo completo que si bien estaba relacionado con la arqueología me demandaba mucho tiempo. De alguna manera crear un blog me permitió sostener un punto de contacto, desde la comunicación o más bien desde un intento de popularización. Así nació el blog Arqueo en la Matanza – más adelante también en Facebook– que por varios años fueron mi manera de contar en palabras simples qué hacen les arqueólogues. En ambas redes la materia prima era la fotografía y algo de texto. Más adelante, tuve oportunidad de participar en el mantenimiento y generación de contenido para las redes sociales de proyectos en los que participo, como la «Red de Arqueología Digital Argentina» de la que soy parte (@rnarqueodigital); también en «Urbania. Revista latinoamericana de arqueología e historia de las ciudades» (@urbania.arqueologia); y el proyecto ArqueoLab-UBA (@arqueolab.uba). En estas cuentas primero el contenido era prioritariamente visual, de a poco incorporando elementos audiovisuales. Cuando finalmente creé mi propia cuenta de difusión y divulgación, a través del humor, intenté no priorizar lo visual sino poder experimentar un poco más. Es Corta la Brocha es eso, más una búsqueda que la ejecución de un plan. En cuanto a la motivación, creo que el acceso al conocimiento es un derecho de todes, a la vez que la comunicación pública de los conocimientos generados con el uso de fondos públicos es una obligación de quienes investigan. Por otra parte, las redes sociales son un medio masivo, que, si bien antes lo pensábamos como un espacio para jóvenes conectándose informalmente, hoy es claro que las personas de todas las edades hacen uso de ellas e incluso organismos públicos ofrecen información por redes sociales. La ciencia no puede perderse esta oportunidad. 

¿Cuál fue el primer obstáculo para crear contenido que le gustara a la gente?

Creo que el mayor obstáculo es enfrentar los miedos, cada quien tiene lo suyos. En mi caso, exponerme, sentir que otres puedan ver mis fallas. Pero aparte de eso, creo que es un desafío sostener la atención luego de crearse un nicho como algo novedoso. Otro desafío es ampliar la audiencia, no solo sostenerla, ya que es muy fácil caer en un círculo “endogámico” de simpatía entre colegas de la misma disciplina. En mi caso, siento que hay interés por consumir lo que ofrezco, pero no siempre hay intención de demostrar ese interés: todavía me cuesta obtener feedback. El feedback es un tema sensible, ya que la presencia en redes a veces resulta deshumanizante; como usuarios (me incluyo) a veces olvidamos que detrás de una cuenta hay personas. Además, es bastante más fácil identificar el impacto de la violencia en un insulto o comentarios cargados de racismo, por ejemplo, sin embargo, la falta de apreciación también puede ser desconcertante, llevando incluso a pensar que no se aprecia el contenido diseñado. Claro que, así como una clase tiene que ser planificada teniendo en cuenta las características de les estudiantes, su contexto e historia, una propuesta de comunicación en redes debe considerar la audiencia en el diseño de su estrategia. Yo sé que mi audiencia consume redes sociales y también las produce, sé que comprenden las referencias utilizadas, sin embargo, la interacción sigue siendo mínima. 

¿Qué es lo que atrae tanto de tu contenido? ¿Cómo es posible llamar la atención de los usuarios y usuarias con temas de ciencia?

Diría que es el uso del humor, sin miedo al ridículo. De hecho, apelando al ridículo. Por ejemplo, llegué a un extremo con la serie de videos llamados Doblajes Arqueológicos, que reciclan fragmentos de películas y series, buscando representar situaciones cotidianas del mundillo arqueológico (o académico en general) contadas a través de falsos subtítulos, es decir diálogos inventados. En otras palabras, busco generar contenido entretenido. Al gestionar cuentas de terceros es necesario respetar ciertos límites. Al crear mi propia cuenta, fui explorando los límites en el camino. De todos modos, no es fácil, porque se corre el riesgo de banalizar hasta perder el respeto de futuros colegas. Yo creo que la comunicación de la ciencia puede ser entretenida, si no fuera así no existirían los museos, programas de televisión y cine, etc. El conocimiento es sólo el punto de partida, el entretenimiento depende de la propuesta, de quiénes la lleven adelante, de los recursos para realizarla. Como todo en la ciencia, requiere entrenamiento. Y volviendo a la pregunta anterior, gestionar el feedback es parte del entrenamiento: saber que no todo lo que diseñemos será lo mejor, que no siempre las palabras elegidas serán las más apropiadas, que a veces tendremos errores muy elementales que no podremos creer haberlos dejado pasar, pero que todo ello sirve para mejorar. Además, si deseamos que la sociedad valore el trabajo científico – un desafío para las ciencias sociales, especialmente en tiempos de noticias falsas y proliferación de pseudociencias- es necesario que conozca de qué se trata, en qué podemos aportar a la sociedad y porqué debe seguir financiando con fondos públicos.

¿Crees que las redes sociales son un canal viable para comunicar ciencias? ¿Sientes que la comunidad científica debería sumarse a estas plataformas prontamente?

Sí. Las redes sociales son un lugar en el que se puede comunicar y compartir conocimiento científico. Hay mucha gente haciéndolo, de maneras muy diversas. Claro que no todes tenemos la misma habilidad, pero todes podemos adaptarnos, o bien simplemente encontrar en qué formato nos sentimos más cómodos. Las redes sociales simplemente representan un nuevo formato, con características cambiantes que no siempre son fáciles de asociar. Claro que el conocimiento que queremos comunicar no siempre será fácil de trasponer, pero si filtramos el contenido a compartir pensando en que sea entretenido por sí mismo difícilmente tengamos materia prima. Como dije antes, la ciencia no puede perderse esta oportunidad.

Finalmente, ¿Qué mensajes te gustaría entregar para que niños y niñas se interesen en las diversas disciplinas de las ciencias, el conocimiento, tecnología e innovación? 

Creo que les adultes trabajando en áreas científicas debemos mostrar lo que hacemos porque sólo conociendo todas las posibles carreras científicas y tecnológicas les niñes pueden desear participar en ellas. Así como se puede llevar a cabo una demostración en una clase o en una feria, también se puede diseñar contenido para redes sociales, que aproveche la velocidad y amplitud de dispersión de la información e inspirar a nuevas generaciones.

Puedes conocer más del trabajo de Daniela Ávido en sus redes sociales: Síguela en Instagram (@escortalabrocha), en Facebook (@escortalabrocha) y en Youtube (Es Corta La Brocha)

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