Humedal Baquedano de Llanquihue se transforma en laboratorio natural al aire libre

Explorar un humedal mediante los sentidos y el uso de tecnologías es la invitación que realiza la Fundación Legado de Chile a través del proyecto «Humedales urbanos de Llanquihue como laboratorios al aire libre». La idea, según sus gestores, es concientizar a la población residente y visitantes, sobre el importante valor ambiental y cultural de los humedales urbanos.

El lugar elegido para generar estas experiencias es el humedal Baquedano de la ciudad de Llanquihue, un ecosistema recuperado que tiene una extensión de aproximadamente una hectárea, donde es posible identificar zonas de vega y pasto que albergan una rica biodiversidad. Por ejemplo, es posible avistar ranas chilenas (Calyptocephalella gayi), sapitos de 4 ojos (Pleurodema thaul), aves como el pidén (Pardirallus sanguinolentus), trile (Agelasticus thilius) o siete colores (Tachuris rubrigastra); y entre los mamíferos destacan el huillín (Lontra provocax), coipo (Myocastor coypus) y el visón americano (Neovison vison).

Árboles nativos como pitra (Myrceugenia exsucca), alerce” (Fitzroya cupressoides) y notro (Embothrium coccineum), además de arbustos como la chaura” (Gaultheria angustifolia), chilco (Fuchsia magellanica), nalca (Gunnera tinctoria) y costilla de vaca (Blechnum chilense) forman parte de su flora.

Desde el equipo del proyecto destacan que la provincia de Llanquihue es un territorio que cuenta con numerosos humedales insertos en su matriz urbana, los que han sido históricamente despreciados y degradados. “La recuperación de estos espacios y sus múltiples aportes ecosistémicos requieren que la población los conozca, comprenda y valore”, señala Jason Angress, psicólogo y director de la iniciativa.

Para ello diseñaron “LABHUM Laboratorio Humedal”, un recorrido que cuenta con cinco estaciones, a través de las cuales invitan a potenciar el contacto con la naturaleza, observar el entorno y explicar conceptos básicos sobre humedales y biodiversidad. En una de las estaciones, por ejemplo, desafían a agudizar el oído para identificar los sonidos que acompañan el recorrido. Los micro plásticos y el futuro del humedal también tienen una parada obligada en este circuito. 

El recorrido físico se complementa con la plataforma Labhum, donde es posible acceder a infografías, videos y actividades (estas últimas previo registro) para colaborar con un monitoreo comunitario en línea. 

Experiencia educativa

Escolares de segundo ciclo básico y docentes de ciencias naturales son uno de los públicos priorizados por el proyecto. Junto a ellos buscan potenciar habilidades científicas, aumentar la comprensión sobre ecología de humedales e instalar 

capacidades para realizar educación al aire libre, motivando preguntas y generando reflexiones mediante el uso de los sentidos.

Diseñaron actividades alineadas al currículo escolar y un manual docente para guiar la experiencia, además de un kit de exploración científica que ya está a disposición de las comunidades educativas y organizaciones vecinales de Llanquihue. Los contenidos se pueden adaptar para su uso con personas de todas las edades y con distintos estilos de aprendizaje. 

El kit incluye elementos como un microscopio plegable, fichas de actividades para docentes, un mapa del recorrido, una bitácora naturalista, una lupa con efecto de luz, cintas para medir, un estuche para los materiales y una mochila de exploración. Todo en material reciclado. 

Jason Angress, quien además es experto en educación comunitaria, destaca que los estudiantes de escuelas públicas y privadas de la comuna de Llanquihue, con sus respectivas comunidades educativas, han sido un pilar fundamental del proyecto, ya que, mediante su interés y nivel de participación, han permitido la co-creación de la experiencia y de agentes de cambio en sus respectivas comunidades. 

Para el Jefe de la División Ciencia y Sociedad de Minciencia, Rodrigo Tapia, “este es un proyecto de ciencia instalado en un espacio abierto, público y natural, generado y conectado con la comunidad que está a su alrededor. Es precisamente lo que nosotros queríamos conseguir cuando creamos este fondo concursable”, destacó.

¿Qué es un humedal?

Los humedales son espacios en los que el agua es protagonista. Pueden estar cubiertos de agua dulce o salada con menos de 6 metros de profundidad, de forma permanente o temporal; o almacenar agua subterránea, la cual puede aflorar a la superficie. Pueden ser lagunas, bordes de ríos, planicies inundables, desagües y desembocaduras de ríos, vegas, turberas, entre otros.

Ofrecen múltiples servicios ecosistémicos, entre ellos el control de inundaciones, provisión de alimentos, reducción de la temperatura, mitigación frente al cambio climático, almacenamiento de agua y recreación. Todos ellos son fundamentales para el bienestar de las personas y la conservación de la biodiversidad.  

Sin embargo, entre el siglo XX y el XXI se ha perdido el 64% del total de humedales en el planeta (Convención Ramsar). Las ciudades son parte de esta tendencia, ya que los humedales urbanos son comúnmente considerados como espacios residuales, y son rellenados para urbanizaciones, advierte Jason.

Para saber más:

 

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